Entrevista con Andrea Cano, destacada profesional con dos pregrados en Escenografía y Ciencias del Teatro, y Dirección y Producción de Medios Audiovisuales. Actualmente cursa un Máster en Gestión del Patrimonio Cultural y Museología. Andrea nos comparte su recorrido desde sus inicios en el Teatro Colón de Buenos Aires, su trabajo en televisión y ópera, hasta su pasión por la restauración de obras de arte y muebles, y su experiencia como docente en la Universidad Escuela de Artes y Letras.
¿Cómo empezaste en escenografía?
“The red room” Diseño y dirección: Andrea Cano. Elaborado con los estudiantes de la Escuela de Artes y Letras, en el Taller de Escenografía del programa de Diseño Interior.
2016.
Empecé a trabajar desde el año 2000, recién me gradué, trabajé en el Teatro Colón de Buenos Aires como asistente de escenografía. Después laboré haciendo escenografía y props en el Teatro Colón de Bogotá con una compañía de ballet llamada “Ana Pavlova”, con ella hice varios títulos de ballet, entre ellos el que más recuerdo fue Romeo y Julieta, compuesto por Serguéi Prokófiev. Paralelamente empecé a trabajar en televisión, haciendo escenografía y props para programas infantiles en RCN y señal Colombia, como “Kikiriki”, “El show de Perico”, “el mundo animal de Max Rodríguez”, entre otros.
Al mismo tiempo empecé a trabajar haciendo ópera, con el Camarín del Carmen y Gloria Zea que era la que dirigía la ópera en esos tiempos. Esta experiencia es una de las cosas que más me ha gustado hacer en la vida. Me apasiona la ópera y la atmosfera musical de trabajar en ella.
¿Cómo llegaste al mundo de la restauración?
Empecé a trabajar con una artista plástica llamada Doris Salcedo, ella es una artista colombiana muy reconocida e importante a nivel nacional e internacional. Laborando con ella adquirí experiencia en la creación y construcción de arte, profundicé mis conocimientos en patrimonio y tuve mi primer acercamiento a la restauración. Disfruté la oportunidad de trabajar en varios países, para muy buenas galerías de arte, cómo la “Tate Modern” en Londres, que es una de las galerías de arte contemporáneo más importantes del mundo, también para galerías privadas como el “White Cube”. Posteriormente trabajé con Doris en Brasil, restaurando la obra de arte llamada “Neither”, en el año 2006 en el museo “Inhotim”, uno de los museos más lindos que he conocido, ubicado en la ciudad de Brumadinho en Minas Gerais. Con esta experiencia me empezó a gustar mucho el tema de la restauración.
Después, tuve el placer de trabajar con iraníes restaurando alfombras persas antiguas de millones de dólares, en Estambul, Turquía. Restauré obras de arte con materiales muy actuales como lo son el concreto, el drywall y el spackling que es un material raro, entre otros.
¿Cómo empezaste a ser docente de restauración en la universidad?
Debido a mi experiencia de trabajo y mi hoja de vida, hace más de 10 años la universidad Escuela de Artes y Letras me requirió para dictar la materia de “Taller de Restauración” entre otras materias. Me dediqué a estudiar y profundizar mis conocimientos sobre el tema, ya que enseñar implica mucha responsabilidad.
Durante estos años he recolectado mucha información generada en la investigación y el aula de clase, sobre el patrimonio arquitectónico en Bogotá, porque tengo programado iniciar un proyecto sobre la pérdida vertiginosa de este.
¿Qué te inspiró para restaurar muebles?
Mi inspiración en la restauración de bienes muebles radica en la conciencia ambiental, en primera instancia. Darles un nuevo uso a las cosas, beneficia enormemente al planeta, evitando el consumo de muebles nuevos que generan grandes procesos contaminantes, creando conciencia medioambiental en mis clientes. Otra razón, es la salvaguarda de la historia y el patrimonio mobiliario, que se pierde por el desconocimiento del valor histórico y de diseño de las cosas, sin dejar atrás el valor emocional que muchos de estos artículos generan.
¿Qué es lo que más te apasiona en la restauración?
Es muy satisfactorio ver la transformación de un objeto que está olvidado, deteriorado o roto. Traer de nuevo a la vida un mueble me reconforta, hacerlo con mis propias manos, sentir sus materiales y tocar las huellas que han dejado en su superficie los años.
¿Crees que cualquier persona puede restaurar muebles?
Si, con buena guía y buena investigación. Actualmente la UNESCO, Colombia y otras entidades internacionales han generado normativas sobre cómo restaurar, y con qué criterios trabajar. Entre ellos existe “La Innovación”. Lo importante es que no se pierda la esencia de los muebles y de las cosas.
Tenemos que dejar atrás el consumo desmesurado, por ejemplo, hay países donde en cada cambio de estación se renuevan los muebles y se desechan los anteriores, contaminando y dejando en la basura pequeños tesoros.
¿Por qué es importante para ti restaurar?
Porque restaurar las cosas, nos restaura a nosotros mismos, ayudando al medio ambiente, rescatando la historia y el patrimonio. El factor emocional también es muy importante, cabe recalcar que las cosas valen no por su costo monetario, sino por su valor sentimental.
¿Para ti los muebles de antes duraban más?
Casi siempre, porque eran hechos con materiales mucho más duraderos y maderas finas. Aunque el uso de materiales aglomerados se remonta a principios del siglo 20 por la escasez y las guerras mundiales, los muebles eran estructuralmente mejor fabricados, con técnicas constructivas muy superiores a lo que hoy en día tenemos. No hablo de diseño porque actualmente existen muebles modernos que tienen diseños fantásticos, pero en general el material es menos resistente y existe la obsolescencia programada. La escasez de los recursos naturales, es un factor determinante, por ejemplo, en la actualidad está prohibido usar maderas protegidas, esto da como resultado, el uso de aglomerados y plásticos de menor calidad.
¿Cuál ha sido la restauración más compleja que hayas hecho en equipo?
La restauración más complicada en la que he trabajado, junto con un equipo de personas, es sobre la obra de arte que restauramos en Brasil “Neither” de Doris Salcedo, fue arduo por varias razones, los materiales eran extraños, delicados y difíciles de conseguir, trabajábamos bajo unas condiciones de temperatura extremas, muy calientes y muy húmedas. El área de trabajo era enorme y el tiempo era limitado.
Plaza de toros de Guatavita. Diseño y dirección: Andrea Cano
Elaborado con los estudiantes de la Escuela de Artes y Letras, en el Taller de Escenografía del programa de Diseño Interior. 2022.
¿Estás trabajando en algún proyecto de restauración en este momento?
Sí, un proyecto que tengo pendiente es crear un almacén destinado a vender solamente muebles restaurados, y me enfocaría mucho en las sillas, porque me apasionan las sillas restauradas.
¿Cuál ha sido la obra más compleja que hayas hecho sola?
Muebles que están en tan malas condiciones que cuando los voy a intervenir se desbaratan y se vuelven polvo por la cantidad de carcoma que tienen. Pero casi siempre salgo adelante de todo eso. Yo me atrevo, eso sí, después de hacer una rigurosa investigación y diagnosis. Las restauraciones de muebles más difíciles a las que me he enfrentado, son a muebles que han sido muy deteriorados por xilófagos, que son los organismos que comen madera, o a los que han perdido piezas importantes por incuria y descuido.
Conclusión
La trayectoria de Andrea Cano es un testimonio de dedicación, pasión y versatilidad en el mundo del arte y la restauración. Desde sus comienzos en la escenografía teatral, pasando por su labor en la televisión y la ópera, hasta su trabajo con reconocidos artistas y museos internacionales, Andrea ha demostrado una constante búsqueda de excelencia y aprendizaje. Su compromiso con la conservación del patrimonio cultural y su enfoque en la sostenibilidad ambiental a través de la restauración de muebles, reflejan una profunda conciencia y responsabilidad hacia el arte y el medio ambiente. Como docente, ha transmitido su vasto conocimiento y experiencia a nuevas generaciones, consolidando así su legado en el campo de la restauración. La historia de Andrea Cano nos inspira a valorar y preservar nuestra herencia cultural, reconociendo el poder transformador del arte en nuestras vidas y comunidades.